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viernes, 17 de diciembre de 2010

La mujer imprescindible.

Alfredo vio a la mujer salir de su casa. Antes ella tuvo que cerrar la reja, luego ella volteó para mirar atrás, a ver si un carro venía. Con la seguridad de la pista libre, empujó el coche de su bebé recién nacido por la pista. La acera estaba bloqueada, así que ella se vio en la necesidad de andar por la pista. Cuando volteó para ver si algun carro venía, lo vio. El la saludó y ella le respondió el saludo. Y siguió avanzando, empujando el coche.
Ella usaba una blusa morada y un pantalón gris deportivo. El también avanzó, pero nunca la alcanzó. Lo único que pudo ver de ella, fue su espalda, hasta que él tuvo que doblar. Ella cruzó la calle y siguió su camino.
Todas las palabras, que en veloces segundos surgieron en su mente, se fueron desvaneciendo a medida que iba cruzando el parque, en camino al destino donde tenía que llegar. Pero esta vez sintió que le hubiera hablado sin esa torpeza de los años lejanos, en que decirle algo a ella significaba luchar contra su propia censura. Una censura tonta porque en sus palabras no había nada malo, sólo el mensaje profundo del amor que él sentía por ella.
Su mente retrocedió a esos años. Recordó que ella significó mucho para él. Nerviosismo, emoción, angustia, alegría tristeza y otras sensaciones que él sintió cuando la llevaba en el pensamiento y el corazón, volvieron a agolparse en su mente. Y volvió a sentirse joven otra vez. Y también sintió las ganas de hacer locuras como en ese tiempo. Pero la bocina de un carro, lo despertó de su ensimismamiento felíz.
La lucidez del presente le hizo sentir los pies metidos dentro de los zapatos y caminando en tierra firme y real. Los devaneos de una ilusión pasada se fueron escondiendo en el lado de la memoria, donde los deseos no cumplidos van , tristes, a refugiarse.
Pero aceptó que la mujer, imprescindible en una determinada y grandiosa época de su vida,había pasado a ser una mujer muy estimada y admirada por él , sin ninguna concesión de que la amargura o desilusión , que los años futuros traen , pudieran alterar ese sentimiento ahora tornado en profunda gratitud.

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