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viernes, 17 de diciembre de 2010

El hombre huraño.

Quiso ser pintor pero no lo fue. Las promesas de inscribirlo en la Escuela de Arte fueron falsas en la boca del prometedor, que es lo mismo que decir la boca de un político.
Entonces quiso ser Músico pero nunca tuvo una guitarra , y la única que pudo tocar, con dedos inexpertos y sin nada que se semejara a los acordes de música ,le pertenecía a su tío; y su tío no tenía el mínimo deseo de desprenderse de su guitarra, la que tocaba y acompañaba con su voz en las noches, o días de juerga, o cuando el tiempo era menesteroso con ese hobby de músico aficcionado que practicaba con vehemencia incansable.
Entonces quiso ser escritor, pero siempre carecía de hojas donde plasmar lo que se le venía a la mente. La frustración lo fue envolviendo como una oscuridad perpetua. Sin saberlo, se fue convirtiendo en un hombre huraño, que nunca pudo cumplir alguno de sus más vehementes deseos.

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